Hoy te levantas temprano de tu atril, estiras fuerte tus brazos y pies, bostezas y contemplas tu alrededor; tienes la necesidad innata de orinar pero te aguantas, planeas tu día (aseo, almuerzo, trabajo o estudio, etc.) y de un salto te pones en marcha.
Agua fría en la ducha para terminar de despertar, ahí definitivamente ya no te aguantas más y empiezas a orinar cerca de la coladera... jabón neutro que tú mismo elaboraste con los restos de otros jabones y con la receta del abuelo. Lo haces tan calculadamente rápido que terminas en menos de 5 minutos y con menos de 30 litros de agua. Tu ropa, sencilla de fibras naturales y sin ostentosos adornos; calzado de piso, ligero y cómodo, para caminar todo el día... "Que guapo soy" te dices al espejo, pero sin caer en la egolatría lo ignoras.
Camino a la escuela en una bicicleta vieja pero aguantadora todavía, con portabultos para cargar la caja de pepinos que cosechaste en tu patio y que hoy venderás a doña Lucia ($200 que nadie te regala), las libretas son un despojo de hojas de otras que ya no utilizaste.
12 kilómetros en 20 minutos no está mal; al final consideras que el proyecto de reforestación le falta apoyo y buscas amigas y amigos que se interesen en ayudarte - muchos tienen contactos o conocidos que ni te imaginas - al final logras un punto extra para recuperar las 5 hectáreas de bosque que se está perdiendo.
En el almuerzo saboreas una quesadilla con huitlacoche, frijol refrito, flor de calabaza, queso Oaxaca, rajas de jalapeño y su ramita de epazote, acompañada con un champurrado en jarrito de barro.
Por la tarde vas a revisar los nidos artificiales que elaboraste con botellas de plástico PET y descubres que en cinco de ellos ya hay familias de gorriones esperando a los nuevos integrantes, en los otros siete aún no hay nada, los cambias de lugar para que los demás pájaros se interesen en alquilarlos.
De paso por la cancha de basquet bol ayudas a formar un equipo que compita en el torneo que se avecina, los chicos son de secundaria y que es propicio generarles una actividad para evitar malos vicios. Tú eres el entrenador y aportas $100 para el registro del equipo, tu primo Tony se ofrece para ser la mascota que es un gato montés (el equipo se llama "Felinos Green").
Ya por la tarde-noche pasas a cenar con tu amiga Mary y a conversar sobre los proyectos y actividades que deben realizar antes del lunes, comparten café puro y charlan con su familia, agradable estancia...
Ya en el atril, repasas lo que hiciste y lo nuevo por hacer, haces la tarea y aún no comprendes para qué despejar X de Y si al final te da cero, en fín esos egipcios y griegos no tenían las preocupaciones que tenemos hoy.
Gracias a Dios vas a dormir tranquilo.